Paco Sainz

 

biografía

 

Nací en Portugalete, (Vizcaya). Relacionado con la escultura estudie BB.AA. en la Facultad de San Carlos de Valencia, restauración de terracota en Andalucía y Valencia, orfebrería en Valencia y talla en madera en Estados Unidos.

Trabajo con diferentes materiales y siento predilección por la piedra, el bronce y la madera; no descarto otros materiales con los que llevar a cabo mi obra.

Me gusta que en mis piezas los materiales dialoguen entre ellos.

Los bronces son piezas únicas y no hago series, la piedra siempre es talla directa.

Mis obras están en entidades publicas y privadas, la mayor parte de ellas son adquiridas por coleccionistas y particulares.

He realizado exposiciones colectivas e individuales en España, Estados Unidos y Gran Bretaña.

 

Pensamiento
Prometeo es el símbolo de la personalidad rebelde, ávida de creación y excelencia.
Prometeo es el monarca de esculturas «perfectas», animadas por la vida ideal del Arte. Mejor gobernar sobre estas formas escultóricas que servir al mundo tiránico.
Paco Sainz, como Prometeo, goza y sufre bebiendo del mismo manantial.
El drama de Paco Sainz es el drama del artista, del creador de formas bellas pero inanimadas, bellas pero muertas. El tormento supremo de Paco Sainz es tener que detenerse en el mármol, en el bronce, en la madera…, sin poder animar sus creaciones. Es la desesperación del escultor en su taller.
Paco Sainz confía en su Musa para dotar de alma a sus esculturas, sino de habla y movimiento propio, sí de concebirse entender y de ser entendidas. Sainz se conforma con tener la alegría del creador que mira su obra y, aunque no todas las obras le son gratas, sí confía en que alguna sea capaz de confortarle de tantos «naufragios».
Paco Sainz sabe que el SINO, -el HADO-, forma parte de su obra y teme, sobre todo, que la magia creativa de paso a la suprema ausencia de una obra, es decir, a la muerte. No por efímera o eterna deja de formar parte del encadenamiento fatal de los sucesos.
Paco Sainz, al igual que Prometeo, ama sus obras; por eso, haciendo un esfuerzo supremo,
un segundo después de finalizar su creación, la hace libre, no la toca, no la mira, no la hace partícipe de su vida. Sobre todo, se despega de ella emocionalmente si alguien comprende todo el amor que contiene y es capaz de entenderlo.
Así es como Paco Sainz deja sus creaciones a su libre albedrío. Siempre sabe que el HADO está ahí.
LOS MATERIALES Y EL ESCULTOR
Son los materiales naturales los primeros responsables, los artífices reales de su mundo. Es a ellos, a los que quiere dignificar trabajándolos y, a través de este trabajo, con compromiso, dignificarse como escultor.
Los materiales en la naturaleza son un goce para los sentidos.Le gustan como persona y le placen como escultor.
Son los materiales de SIEMPRE- esos materiales que incluso el tiempo tiene dificultades en alterar-, los materiales que le agrada recibir y transformar. Piedra, madera, bronce… entablan un diálogo íntimo con el escultor, un diálogo donde siempre hay agradecimiento; de él hacia ellos, dejando señales de su realidad para que sean admirados por otros ojos, de ellos hacia sí mismo ofreciéndose completos, ofreciéndo su belleza, su fealdad, su dureza, su olor… Es una ofrenda en dos direcciones, un contrato no escrito, no rubricado, un pacto entre materiales que pertenecen a la misma naturaleza.
Después del diálogo y del trabajo, qué mayor placer que mostrar el poder seductor que
encierra la naturaleza en todas sus manifestaciones.
Buscar la piedra, trabajarla con las manos desde la rotura hasta el pulimento; buscar el árbol y trabajarlo
con las manos desde el corte hasta el encerado; fundir las ceras, hacer los moldes, fundir y verter el bronce, dar las pátinas… y así también con el hierro, el cristal e incluso con fibras y resinas.
Todo esto forma parte importante, muy importante, del trabajo como escultor. En el finiquitado siglo XX, para muchos artistas esta es una labor artesanal. Esperemos que desaparezcan a lo largo del siglo XXI.
Conocer los materiales, elegirlos en función de la idea o la imagen que se genera en la cabeza es importante. Dejar que el alma llegue a los materiales a través de las manos es importante.
Estos IMPORTANTES forman el todo de su escultura, forman parte de él.
Como escultor busca la piedra, la madera y otros materiales. Los elige y los trasforma. Hace lo mismo con las ceras para la fundición del bronce y, después, como el moderador de un coloquio, procura que dialoguen entre ellos sin que uno predomine sobre los otros. Diálogo en extremo dificultoso, porque todos ellos, incluso los invitados -hierro, cristal, plásticos…-, tienen su propia personalidad y ninguno quiere perder el protagonismo.
En que el resultado no sea un desastre reside la maestría del escultor.